¡Cómo no Hacer Daño a los Demás!

Todos estamos, a nuestra manera, intentando comprender qué hacemos aquí, en la vida. Atravesamos un periodo de oscuridad que consiste en no saber entender que el objetivo de la vida es aprender hasta poder comprender y expresar lo que somos. Todos un solo Ser. Así, no entendemos el porqué de tanto sufrimiento, desigualdad social, desolación, guerras psicológicas, conflictos armados...
La mayoría de nosotros sufrimos sin encontrar la justificación a tanto dolor e injusticia.

En la historia de este mundo y hasta donde alcanza la memoria, se han sucedido las guerras, una tras otra, en diferentes zonas geográficas y en todos los continentes. En estos conflictos los dominadores creen tener la razón y se sienten más superiores y sabios que los dominados. Entonces se otorgan a sí mismos el derecho a la invasión, no sólo territorial, sino también cultural e ideológica.

Para paliar el dolor humano necesitamos tener conocimiento de lo que somos y comprender cuál es el sentido de la vida.

La causa de los conflictos entre los seres humanos reside en las "cargas", en lo que Edward Bach llamó en su momento enfermedades primarias.
La mayoría de nosotros hacemos uso de las cargas cuando nos relacionamos los unos con los otros, sin darnos cuenta que con su uso estamos infringiendo daño a los demás. También a nosotros mismos porque al hacer daño a los demás estamos dañando al conjunto del Todo.
Cómo comprender la causa que aflige a todos los seres por causa de la utilización de las cargas es reconocer que todos sentimos el dolor que su utilización puede hacer en nosotros.
Si nosotros podemos identificar el dolor que podemos sentir cuando los demás utilizan la crueldad en su trato hacia nosotros, también podremos identificar cuando nosotros utilizamos la crueldad en el trato con los demás.

Con la identificación de nuestras cargas comprendemos que las utilizamos para tener la estabilidad emocional que no podemos mantener por nosotros mismos. Por ejemplo, si nosotros todavía no hemos comprendido que todos somos iguales creeremos que unos son mejores que otros, que unos son más que otros. Suponer que somos menos o inferiores, o mejores o superiores, nos podría hacer sentir perturbación emocional como miedo, frustración, ira, tensión, falta de confianza, etc... Sería muy posible que utilizáramos la carga del orgullo si nos sentimos superiores y probablemente tenderíamos a disfrazar la inferioridad; o la codicia y la crueldad para intentar controlar y someter a los demás.
La utilización de las cargas siempre está relacionada con nuestra falta de comprensión, de que todos nosotros estamos haciendo un proceso de desarrollo personal que consiste en adquirir cualidades, y según vamos comprendiendo y adquiriendo estas cualidades vamos alcanzando ser mejores personas, hasta que llegamos a comprender lo que somos y que todos pertenecemos a una misma Unidad. Tener la visión de lo que somos se alcanza según vamos avanzando en nuestro propio proceso de avance.
Según vamos avanzando identificamos las cualidades que vamos comprendiendo y expresando en nuestro comportamiento y a través de nuestros actos, así como identificamos las mismas cualidades en los demás, por lo que vamos entendiendo que todos tenemos las mismas potencialidades, o sea la misma capacidad de aprendizaje y de desarrollo. Asimismo, observamos que el mismo proceso nos aúna, pudiendo sentir que todos pertenecemos a una misma esencia.
En nuestro proceso de aprendizaje llegará un momento en que habremos vencido las cargas, es decir, las dejaremos de utilizar porque habremos comprendido que los demás son como nosotros, iguales a nosotros, con las mismas dificultades que nosotros para hacer su proceso de aprendizaje. Y no podremos efectuar ninguna acción que conlleve hacer daño a los demás.
Hay que considerar que la utilización de las cargas no nos hace sentir perturbación emocional. Lo que nos aleja del sosiego y contento interno es la paralización de nuestro aprendizaje.
Por ejemplo, nosotros sentimos perturbación emocional como tensión o irritación al criticar a los demás, al pensar que no hacen las cosas como deberían hacerlas, al pensar que tienen defectos, al creer que hacen las cosas mal porque no se esfuerzan lo suficientemente, etc... Si nosotros alcanzáramos un pensar dirigido a la comprensión hacia los demás, no sentiríamos perturbación emocional y nos daríamos cuenta de que la tensión y la irritación que sentimos es a causa de que somos intolerantes.
Si al criticar a los demás le añadimos las cargas, sentiríamos lo mismos pero nuestro comportamiento sería distinto, pudiendo llegar a insultar (crueldad), o a querer someter (codicia), o a desvalorar (crueldad), o a decir lo bien que lo hacemos nosotros (orgullo).

¿Observas la diferencia entre sentir la perturbación emocional a causa de la falta de aprendizaje con respecto a la tolerancia, que es solo en nosotros y cómo el uso de las cargas hace daño al otro?
¿Has comprendido que todos sufrimos al no saber entender que todos pertenecemos a una misma Unidad?
¿Ya te has dado cuenta de que lo conflictos entre los seres humanos suceden porque no comprendemos lo que somos?
¿Podrías considerar tener la actitud de identificar las cargas que utilizas?

Para dejar de utilizarlas solo hay que querer hacerlo y tener la decisión y la voluntad para ello. No existe ningún remedio que nos ayude a ello. Solo nuestro propio esfuerzo.

¿Qué idea es la que hace que yo diga, haga, o me comporte de determinada manera y conlleve la utilización de una carga?

Para que podáis identificarlas mejor vamos a definir cada una de ellas, cómo se manifiestan y el alcance que tienen.

UTILIZO EL ORGULLO
  • Cuando tengo la idea de que soy diferente del resto, pensando que soy más que los demás.
  • Cuando me siento superior a los demás, creyendo que soy especial.
  • Cuando creo que llevo la razón pensando que los demás carecen de la capacidad para alcanzar sus propias conclusiones.
  • Cuando quiero que los demás reconozcan lo que hago.
  • Cuando utilizo mucho el "yo soy"... "yo tengo"... "yo hago"...
  • Cuando quiero que mi nombre figure porque así me siento importante.
UTILIZO LA CRUELDAD
  • Cuando quiero ejecutar mis deseos sin considerar a los demás.
  • Cuando hago lo que deseo sin pensar si estoy haciendo daño o no.
  • Cuando quiero controlar a los demás con el fin de que no ejerzan su voluntad.
  • Cuando miro con desdén a los demás.
  • Cuando opino desvalorando a otro.
  • Cuando insulto.
  • Cuando maltrato.
  • Cuando hablo sin usar la ternura.
UTILIZO EL EGOISMO
  • Cuando tengo el deseo de acaparar.
  • Cuando tengo la idea de beneficiarme.
  • Cuando no tengo en cuenta que los demás podrían necesitar (alimento, vivienda, asistencia médica, etc...)
  • Cuando quiero obtener privilegios.
  • Cuando tengo la idea de obtener sin hacer un esfuerzo que haga merecerlo.
  • Cuando creo que todo lo que tengo es por mi propio esfuerzo.
  • Cuando observo a las personas que tienen carencias sin sentir que es una injusticia.
UTILIZO LA CODICIA
  • Cuando tengo el concepto de que los demás me pertenecen y quiero ser el dueño de sus vidas.
  • Cuando intento que lo que digo sea una orden para acatar.
  • Cuando pretendo que los demás ejecuten una labor para satisfacerme y por afecto.
  • Cuando supongo que los demás están para satisfacer mis deseos.
  • Cuando deseo que los demás piensen como yo quiero que piensen.
UTILIZO EL ODIO
  • Cuando ejerzo la indiferencia frente al dolor que sienten los demás.
  • Cuando no quiero amar.
  • Cuando utilizo mi saber para sacar provecho sin pensar que el saber es propiedad de todos.
  • Cuando no comprendo que todos estamos aprendiendo y que todos estamos intentando comprender cómo avanzar en nuestro proceso de adquirir cualidades
UTILIZO LA INESTABILIDAD
  • Cuando no sé en qué idea voy a establecer mi decisión. Ahora tengo la idea de hacer una cosa y después tengo la idea de hacer otra, sin saber qué voy a decidir.
  • Cuando pretendo dirigir mi vida al inconstante deseo que procede de la falta de saber qué quiero. Hago lo que deseo y cuando lo satisfago me doy cuenta de que no es lo que quería.
  • Cuando decido actuar y tomar decisiones sin saber realmente qué quiero.

(Para comprender mejor esta carga hemos de pensar en que los demás muchas veces deciden en base a nuestras decisiones).

UTILIZO LA IGNORANCIA
  • Cuando creo que sé todo lo que tengo que saber.
  • Cuando creo que conozco las respuestas a las cuestiones que se plantean y no necesito averiguar más.
  • Cuando no comprendo que me hace falta aprender.

¿Con cuáles de ellas te sientes más identificado?
¿Hay alguna que predomina más en ti?
¿Has averiguado que ya has dejado de utilizar las cargas?.

María Dolores Rojas