Los Distintos Estados antes de la Autoconsciencia

Para poder comprender cómo actúan las esencias de las flores de Bach y hacer un examen de la magnitud que opera en nosotros cuando podemos comprender los efectos de estas esencias, tendremos que atender a las posibles consecuencias de no estar haciendo nuestro aprendizaje, para poder considerar los estados de ánimo que pueden ser como consecuencia de no haber aprendido los detalles que son indicadores de un proceso de entendimiento, para adquirir un matiz que sirva de afianzamiento y dé como resultado el significado de estar avanzando en nuestro propio proceso.

Podemos entender la diferencia de estar haciendo nuestro aprendizaje cuando nosotros nos sentimos bien y estamos en paz y sosiego, a cuando nos encontramos en mal estado por haber tenido el propósito de estar efectuado una acción para hacer algo vital: "a considerar que el propósito es sencillamente el propósito de hacer algo que nos causa la perturbación emocional si no estamos atentos a su realización". El saber encontrar la satisfacción de saber estar haciendo el propósito de una acción que es derivada de un pensar atento a nuestro sentir, es indicativo de estar haciendo nuestro aprendizaje.

También podemos observar nuestra posición por la falta de entendimiento por no saber de la existencia de un propósito: "que es estar haciendo un aprendizaje común que es el aprendizaje de todos".

Puede que nosotros aún no hayamos considerado que el propósito de nuestra existencia es hacer emprender una acción: "que es realizar la estructura de nuestras cualidades para comprender nuestro proceso evolutivo".

Puede considerarse que, al estar atentos a lo que nos llega en la vida, podamos observar los acontecimientos que son observables para nuestro proceder, y así, evitar la contradicción en nuestro hacer. No sabemos cómo podemos diferenciar si estamos haciendo bien o mal. Tan sólo podremos observar los resultados de nuestras acciones porque en la acción está el hecho de hacer, por lo que es considerable que hagamos lo que hagamos es indicio de lo que nosotros podemos ser, por lo tanto, hay que considerar que nosotros no tenemos aún la suficiente comprensión de nuestro aprendizaje para tener la oportunidad de sentir el bien o el mal en cuanto a nuestro proceder.

Para formar parte del proceso de comprensión de nuestro hacer es indispensable la formación en la comprensión de lo que vamos siendo, para poder comprender que lo que nosotros hacemos es lo que somos; y es mejor ser en nuestro interior lo que verdaderamente seamos, que es por lo que emprendemos nuestras acciones, que la oportuna resistencia a lo que nos es obligado ser.

Observamos los acontecimientos que surgen porque en nuestro interior existe la constatación de la prueba de ser, pudiendo observar nuestro comportamiento para contener el propio sentir y ser, a la vez, el que hace y deja de hacer. A la vez, sentir lo propio de ser para estar sin hacer lo que en nuestro deber deberíamos hacer: "lo propio de ser". Simplificar lo que es debido es intentar cumplir lo acontecido para demostrar lo que somos pudiendo significar la importancia de hacer y ser desde lo que nosotros somos. Poder actuar sin sentir que es lo nuestro, en comparación con lo que es interno y propio de sí mismo, es determinante a la hora de ajustar las consecuencias de nuestros actos, y de la acción que es determinante para comprobar lo que hacemos, por lo que es necesaria nuestra programación a la hora de comprobar nuestro hacer y ser individual, al sentir que nosotros somos los que programamos el hacer, que es en verdad el que deriva lo que hacemos, que es lo que en realidad somos.

Al estar al encuentro de nosotros mismos, pudiendo observar la complejidad de estar haciendo un proceso que es nuestro aprendizaje, y mantener el proceso de sucumbir a los desencuentros de lo que son nuestras convenientes actitudes, podremos saber restablecer la conexión con nosotros mismos, que es encontrar lo que somos para proceder según nuestros dictámenes y ser lo que somos.

Podemos proceder, al intentar pertenecer a la gran mayoría de los que vivimos aquí, pues es común que nosotros queramos pertenecer a lo que queremos y ser indiferentes a nuestro proceso de aprendizaje, pudiendo observar nuestro hacer para proceder a cambio de lo que se espera: "ser amado".

Podemos observar que nosotros no pretendemos ser los interesados en la conveniencia de ser mejores personas, además de no sentir la curiosidad de participar en la aventura de poder ser distinto por mantener la opinión de querer ser lo que consideramos ser.

Es iniciativa de cada uno de nosotros decidir ser mejores y poder observar el comportamiento fiel a nosotros mismos para sentir la diferencia en el interior, y participar en la encomiable aventura de ser los que hagamos nuestro propio proceso evolutivo personal, y poder encontrar el sentir que nos indica que estamos avanzando.

María Dolores Rojas